sábado, 14 de abril de 2012

Una Sombra...

No sé nada, solo vi lo que creo que vi, el ruido de la rueda rozando el pedregal era el único sonido que me alcanzaba, el aire gélido de la noche golpeaba mi rostro y aun así debí avanzar, a lo lejos la vi, cruzaba la calle, rodeada de oscuridad, la luz del farol dejó de iluminar y la bóveda celeste dejaba de centellar. Un escalofrió me cubrió, el viento soplaba y el silencio me aturdía, y ella estaba ahí, ahí, según yo , mirándome, me atormentaba…
A lo lejos el siguiente farol se divisaba, parecía inalcanzable por más fuerte que pedaleara, las calles vacías, la oscuridad envolvía el mundo, esa que puede liberar los temores o fantasías. Tu caminar tan lento no comprendía, si era un estúpido juego del tiempo o mi mente ya estaba perdida.
Cruzaste esa calle, me pareció que me veías, llegue al fin a ese farol, y bajo su tenue luz, vi que desaparecías.  El temor me inundo, pedalee lo más rápido que pude, ahora avanzaba, no quería ver, pero sentí en ese instante tu mirada fría, observándome cual inquisidora, algo querías, o tal vez al pasar ,perturbe tu eterno deambular.

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